Una mañana nos levantamos y pensamos:
“pues nos vamos a Chinatown a ver que se cuece”, y allí nos
plantamos. No sé porqué, teníamos en la cabeza que era en Nueva
York donde estaba la famosa entrada con el dragón que sale en tantas
películas, y mira que dimos vueltas buscándola, hasta que nos dimos
cuenta....que estaba San Francisco! De verdad que vaya tela, ja ja
ja, Chinatown es un barrio que creo que está en expansión o al
menos esa sensación me dio, es como muy gueto, ya sabéis, con sus
propios mercados (con olores bastante intensos, hay que decirlo),
tiendas y remedios caseros y por supuesto de imitaciones, yo no soy
muy de comprar imitaciones, cuando estuve en Kuala Lumpur también
fuimos al barrio chino y había relojes que parecían los verdaderos,
así como bolsos y camisetas, pero yo no me compré nada. Bueno, vale
solo me compré una camiseta que usaré para dormir que pone I love
NY, aunque el vendedor insista mucho en que es la original porque
lleva todas las etiquetas, no le creáis, se nota en el tejido si lo
comparas con la original, bueno, en la quinta avenida hay varias
tiendas oficiales y extraoficiales de souvenirs de NY, diferencia,
pues en el tejido y en el precio, eso está claro. Además a mi eso
del tema del regateo me pone nerviosa, por eso prefiero una tienda
normal.
Al lado de Chinatown está Little
Italy, vaya si es little, que no te das cuenta y acabas de nuevo en
Chinatown, decidimos comer pasta en uno de los restaurantes italianos
que había por allí, el servicio era un poco pesado, cada 3 minutos
venían a preguntar si todo estaba bien, pues claro, ¿qué
diferencia iba a ver con el poco tiempo que había pasado? No sé,
supongo que se querían asegurar una buena propina, algo a lo que uno
acaba acostumbrándose pero que te toca un poco las pelotillas la
verdad, vaya que hay que tener un presupuesto extra solo para las
puñeteras propinas.
Otra vez en Chinatown nos dirigimos
hacia el puente Brooklyn, pero claro lo están remodelando, así que
dimos unas cuantas vueltas hasta seguir el camino correcto para
entrar en él, tampoco se tarda tanto cruzándolo, pero bueno hay que
tomarse su tiempo y cuidado con el carril bici, que son casi tan
obsesos como en Amsterdam, vaya que como no te quites te pasan por
delante.
Desde Brooklyn las vista es preciosa |
Y llegamos a Brooklyn y esperamos a que
anocheciera.....y la vista es preciosa, ahh y mientras esperábamos
tirados por el césped, ¡también había wifi! Ja ja ja
Yo creo que estuvimos bastante tiempo
allí haciendo un montón de fotos y experimentando con la opción de
panorámica de nuestros móviles, todo un invento. La vuelta no la
hicimos andando, porque uno se cansa de tanto andar, así que fuimos
en metro siguiendo las indicaciones de unas chicas catalanas que nos
encontramos y que vivían por allí.
¿Y el dinosaurio? |
Aprovechando el New York pass (se tiene
que utilizar los días seguidos), hemos visitado, como no, algún
museo, no tantos como yo quisiera (me ha faltado el Moma y el
Gugghenheim entre otros) pero cuando se va en grupo hay que adaptarse
un poco (así tengo una excusa para volver, je je je). Algunos de mis
compis estaban muy ilusionados con ir al Museo de Historia Natural
que está en Central Park, más que nada por la película Noche en el
Museo que salía en la entrada el esqueleto de un Dinosaurio o
similar.....pues después de ver una ballena y perdernos por el
inmenso museo, porque es muuuuy grande, le pregunté a una chica de
información y me dijo que de Dinosaurio en la puerta nada de nada,
que eso salía en la película que si queríamos ver un esqueleto
teníamos que ir al apartado dedicado a la prehistoria y tira que te
vas, pues vaya decepción! Ja ja ja ainss de verdad como influyen las
películas en nuestras mentes.
Todo Egipto en el Metropolitan |
El Metropolitan es espectacular,
necesitas un día entero para verlo, es como cientos de museos dentro
de un solo museo, y la parte dedicada a Egipto es increíble, lo que
te hace pensar todo lo que se ha llevado esta gente. También hay un
apartado dedicado a la pintura española, no es que haya mucho, pero
algo es algo.
Y un museo que queríamos ver porque
nos hacía gracia (aunque yo ya había estado en el de Las Vegas y
Amsterdam) es el Museo de Madame Tussaud, en el que las figuras de
personajes famosos son bastante realistas, nada que ver con las
decadentes del Museo de Cera de Barcelona, que es algo que no me
explico, como pueden hacerlo tan mal, es que comparado con estos son
una verdadera caca, además te puedes hacer fotos con ellos y eso
siempre es divertido.
Y por supuesto, visita obligada aunque
vayas dos días a NY, es ir al Empire State, la decoración del
vestíbulo es art decó, así como casi todo el resto del edificio.
Fue el rascacielos más alto durante 41 años, que es todo un mérito
y se tarda menos de un minuto en subir al piso 86, eso sí subir al
piso 102 tiene un cargo adicional. ¿Vale la pena? Nosotros fuimos de
noche, porque consideramos que las vistas eran más espectaculares,
la sensación de altura en el 102 es notable, pero los vidrios
estaban más sucios que la bombilla de una cuadra, así que mejor ir
con un Glassex y un trapito para limpiarlos bien. Las luces del
Empire van cambiando según el día y la celebración, hay una página
en internet donde puedes consultar el calendario y el significado de
las luces, como dato anecdótico, en el 2007 el edificio se iluminó
de color amarillo por el estreno de la película de Los Simpsons (soy
gran seguidora de ellos).
TKTS para comprar entradas a buen precio |
Al igual que visitar el Empire es
obligado lo es también ver una obra musical en Broadway. Para sacar
las entradas con un 30-40% de descuento hay que hacer cola a partir
de las tres en el quiosco de TKTS en la esquina de Broadway con la
47, allí hay unas pantallas con los espectáculos disponibles y
también gente que te informa de ellos. Nosotros fuimos un domingo y
creo que no es el mejor día, porque hay algunos espectáculos que no están ese día. Tuvimos suerte y estábamos de los primeros de la cola
y superseguros de lo que queríamos ver, y justo cuando le decimos a
la taquillera el nombre del espectáculo, va y dice que no hay ese
día y claro se nos puso cara de póker, le dijimos otro y justo se
había acabado el día anterior, la prisa de los de atrás presionaba
y yo después de visitar la pantalla cuarenta veces decidí ir a ver
Zarkana del Cirque du Soleil que además lo daban en el Radio City
Hall que también queríamos visitar, al menos así matábamos dos
pájaros de un tiro. Lo que no entiendo es que el chico que nos
informó no nos dijo nada respecto a que el espectáculo que
queríamos ver no estaba ese día...en fin. Yo no las tenía todas
conmigo y miré en internet nuestra ubicación en el teatro y en
principio por la numeración creía que estábamos arriba, pero
nuestra sorpresa fue que al llegar estábamos abajo en la fila 10 y
centrados, todo un lujo y vimos el increíble espectáculo muy bien.
Totalmente recomendable, aunque no te guste el circo es algo digno de
ver.
No voy a seguir escribiendo porque sino
seguro que os cansáis, hasta el próximo capítulo, ¡venga que ya
queda menos!
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