domingo, 26 de agosto de 2012

CINCO EN NUEVA YORK - CAPITULO 3


Una mañana nos levantamos y pensamos: “pues nos vamos a Chinatown a ver que se cuece”, y allí nos plantamos. No sé porqué, teníamos en la cabeza que era en Nueva York donde estaba la famosa entrada con el dragón que sale en tantas películas, y mira que dimos vueltas buscándola, hasta que nos dimos cuenta....que estaba San Francisco! De verdad que vaya tela, ja ja ja, Chinatown es un barrio que creo que está en expansión o al menos esa sensación me dio, es como muy gueto, ya sabéis, con sus propios mercados (con olores bastante intensos, hay que decirlo), tiendas y remedios caseros y por supuesto de imitaciones, yo no soy muy de comprar imitaciones, cuando estuve en Kuala Lumpur también fuimos al barrio chino y había relojes que parecían los verdaderos, así como bolsos y camisetas, pero yo no me compré nada. Bueno, vale solo me compré una camiseta que usaré para dormir que pone I love NY, aunque el vendedor insista mucho en que es la original porque lleva todas las etiquetas, no le creáis, se nota en el tejido si lo comparas con la original, bueno, en la quinta avenida hay varias tiendas oficiales y extraoficiales de souvenirs de NY, diferencia, pues en el tejido y en el precio, eso está claro. Además a mi eso del tema del regateo me pone nerviosa, por eso prefiero una tienda normal.
Al lado de Chinatown está Little Italy, vaya si es little, que no te das cuenta y acabas de nuevo en Chinatown, decidimos comer pasta en uno de los restaurantes italianos que había por allí, el servicio era un poco pesado, cada 3 minutos venían a preguntar si todo estaba bien, pues claro, ¿qué diferencia iba a ver con el poco tiempo que había pasado? No sé, supongo que se querían asegurar una buena propina, algo a lo que uno acaba acostumbrándose pero que te toca un poco las pelotillas la verdad, vaya que hay que tener un presupuesto extra solo para las puñeteras propinas.

Otra vez en Chinatown nos dirigimos hacia el puente Brooklyn, pero claro lo están remodelando, así que dimos unas cuantas vueltas hasta seguir el camino correcto para entrar en él, tampoco se tarda tanto cruzándolo, pero bueno hay que tomarse su tiempo y cuidado con el carril bici, que son casi tan obsesos como en Amsterdam, vaya que como no te quites te pasan por delante.
Desde Brooklyn las vista es preciosa
Y llegamos a Brooklyn y esperamos a que anocheciera.....y la vista es preciosa, ahh y mientras esperábamos tirados por el césped, ¡también había wifi! Ja ja ja
Yo creo que estuvimos bastante tiempo allí haciendo un montón de fotos y experimentando con la opción de panorámica de nuestros móviles, todo un invento. La vuelta no la hicimos andando, porque uno se cansa de tanto andar, así que fuimos en metro siguiendo las indicaciones de unas chicas catalanas que nos encontramos y que vivían por allí.

¿Y el dinosaurio?
Aprovechando el New York pass (se tiene que utilizar los días seguidos), hemos visitado, como no, algún museo, no tantos como yo quisiera (me ha faltado el Moma y el Gugghenheim entre otros) pero cuando se va en grupo hay que adaptarse un poco (así tengo una excusa para volver, je je je). Algunos de mis compis estaban muy ilusionados con ir al Museo de Historia Natural que está en Central Park, más que nada por la película Noche en el Museo que salía en la entrada el esqueleto de un Dinosaurio o similar.....pues después de ver una ballena y perdernos por el inmenso museo, porque es muuuuy grande, le pregunté a una chica de información y me dijo que de Dinosaurio en la puerta nada de nada, que eso salía en la película que si queríamos ver un esqueleto teníamos que ir al apartado dedicado a la prehistoria y tira que te vas, pues vaya decepción! Ja ja ja ainss de verdad como influyen las películas en nuestras mentes.

Todo Egipto en el Metropolitan
El Metropolitan es espectacular, necesitas un día entero para verlo, es como cientos de museos dentro de un solo museo, y la parte dedicada a Egipto es increíble, lo que te hace pensar todo lo que se ha llevado esta gente. También hay un apartado dedicado a la pintura española, no es que haya mucho, pero algo es algo.
Y un museo que queríamos ver porque nos hacía gracia (aunque yo ya había estado en el de Las Vegas y Amsterdam) es el Museo de Madame Tussaud, en el que las figuras de personajes famosos son bastante realistas, nada que ver con las decadentes del Museo de Cera de Barcelona, que es algo que no me explico, como pueden hacerlo tan mal, es que comparado con estos son una verdadera caca, además te puedes hacer fotos con ellos y eso siempre es divertido.

Y por supuesto, visita obligada aunque vayas dos días a NY, es ir al Empire State, la decoración del vestíbulo es art decó, así como casi todo el resto del edificio. Fue el rascacielos más alto durante 41 años, que es todo un mérito y se tarda menos de un minuto en subir al piso 86, eso sí subir al piso 102 tiene un cargo adicional. ¿Vale la pena? Nosotros fuimos de noche, porque consideramos que las vistas eran más espectaculares, la sensación de altura en el 102 es notable, pero los vidrios estaban más sucios que la bombilla de una cuadra, así que mejor ir con un Glassex y un trapito para limpiarlos bien. Las luces del Empire van cambiando según el día y la celebración, hay una página en internet donde puedes consultar el calendario y el significado de las luces, como dato anecdótico, en el 2007 el edificio se iluminó de color amarillo por el estreno de la película de Los Simpsons (soy gran seguidora de ellos).

TKTS para comprar entradas a buen precio
Al igual que visitar el Empire es obligado lo es también ver una obra musical en Broadway. Para sacar las entradas con un 30-40% de descuento hay que hacer cola a partir de las tres en el quiosco de TKTS en la esquina de Broadway con la 47, allí hay unas pantallas con los espectáculos disponibles y también gente que te informa de ellos. Nosotros fuimos un domingo y creo que no es el mejor día, porque hay algunos espectáculos que no están ese día. Tuvimos suerte y estábamos de los primeros de la cola y superseguros de lo que queríamos ver, y justo cuando le decimos a la taquillera el nombre del espectáculo, va y dice que no hay ese día y claro se nos puso cara de póker, le dijimos otro y justo se había acabado el día anterior, la prisa de los de atrás presionaba y yo después de visitar la pantalla cuarenta veces decidí ir a ver Zarkana del Cirque du Soleil que además lo daban en el Radio City Hall que también queríamos visitar, al menos así matábamos dos pájaros de un tiro. Lo que no entiendo es que el chico que nos informó no nos dijo nada respecto a que el espectáculo que queríamos ver no estaba ese día...en fin. Yo no las tenía todas conmigo y miré en internet nuestra ubicación en el teatro y en principio por la numeración creía que estábamos arriba, pero nuestra sorpresa fue que al llegar estábamos abajo en la fila 10 y centrados, todo un lujo y vimos el increíble espectáculo muy bien. Totalmente recomendable, aunque no te guste el circo es algo digno de ver.

No voy a seguir escribiendo porque sino seguro que os cansáis, hasta el próximo capítulo, ¡venga que ya queda menos!

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