jueves, 16 de octubre de 2014

KYLIE MINOGUE: KISS ME ONCE OR KISS ME TWICE

Homenaje a Dalí
Como siempre voy a relatar cómo viví el concierto de Kiss Me Once Tour 2014 de Kylie Minogue en Barcelona, no pretende ser ni mucho menos una crítica musical que para eso ya están los profesionales o los que dicen serlo.

Habían pasado ya casi 6 meses desde que compramos la entrada y así, de repente, el día del concierto había llegado. Todo el mundo nervioso y excitado para ver lo que nos ofrecía Kylie esta vez. Algunos de mis amigos optaron por hacerse su propia camiseta para el concierto, yo la verdad, es que como siempre voy liada, cuando me acordé ya era demasiado tarde. A la hora de comprar la entrada decidimos comprar el Premium Golden Ticket, que con este nombre tan largo, algo nos tendrían que dar, y así fue. Teníamos acceso a parking, cocktail de bienvenida y barra libre de bebidas durante el concierto, a parte de poder hacerte una foto en el photocall, que ya sabemos todos que si no te haces una foto y la subes inmediatamente al instagram o al facebook ya no eres nadie. Todo esto tan maravilloso nos costó 196€ más los gastos de envío por MRW. Aunque para seros sincera, yo creo que lo de la barra libre fue importante a la hora de decantarnos por estas entradas.

Llegamos al Palau con esa seguridad que te da el saber que vas a tener sitio para aparcar y que vas a hacer poca cola para entrar y así sucedió. Esperamos unos 15 minutos aproximados antes de entrar, tiempo más que suficiente para ver el tipo de gente que iba e interactuar con algunos de ellos. En mi caso había unas chicas que había venido desde Andorra para ver a la australiana, por supuesto en la conversación tuvo que salir Madonna, eso es algo irremediable ya que está omnipresente en cualquier conversación de divas que se precie. Y así como de repente, veo que una de las chicas se saca del bolso un cepillo con una luz y empieza a cepillarse la melena rubia encrespada, yo lo de la luz no lo entendí muy bien, pensé que era como esos destornilladores que llevan una luz para la oscuridad. Pero no, era un cepillo con superpoderes que al cepillarte se te iba la electricidad electrostática y el encrespamiento, vaya lo que toda mujer/travesti tiene que llevar en un bolso.
También había algunos japoneses y por supuesto alguna rusa con pantalones de cuero que se creía que la que iba a salir al escenario a cantar era ella.
Al entrar te ponen una pulsera dorada en la muñeca y te cuelgan una acreditación conmemorativa y
sin un Photocall no eres nadie hoy en dia
ala ya te puedes poner a beber, porque de comer de momento solo había unos palitos con sabor a pizza y unos boles de palomitas que debían ser de mucha confianza porque al probarlos me di cuenta que llevaban mucho tiempo con ellos y yo pensé: “¿estos serán los snacks? Pues vaya tela, nos vamos a morir de hambre, así que vamos a beber”. La espera era amenizada por unos djs y mientras esperábamos a los demás pues íbamos bebiendo, total algo había que hacer. En un momento que salí hacía el baño, en medio de las escaleras que encontré unos chicos que como histéricos me preguntaron en un inglés macarrónico que cómo era Kylie y les dije: “pues más bien baja”. Supongo que al verme con la acreditación colgando se pensaban que yo formaba parte del staff o que era la señorita de información (algo que me sucede muy habitualmente). A la vuelta, pues otra bebida más y justo empezaron a traer el catering, que no era para morirse (jamón, miniburguers, bocaditos de salmón, croquetas de un sabor que todavía estoy intentado averiguar y alguna cosilla más) pero correcto. Eso sí, aunque yo no soy una experta en estas cosas, porque hay verdaderos profesionales del croqueteo, esta vez me puse cerca de una de las mesas y me alimenté del máximo jamón que pude, que la noche era muy larga y no iba a permitir que una rusa venida a menos me quitara ni una miniburguer, solo faltaba eso!

La hora se acercaba, no vimos ni al telonero, y nos fuimos a buscar nuestros asientos. Mi primera impresión fue de sorpresa al ver lo vacío que estaba. Vaya, que desde las gradas te podías lanzar a la pista haciendo un mortal con una triple pirueta y caer de pie sin molestar a nadie. Poco a poco se fue llenando, pero bueno que aire para respirar no nos iba a faltar precisamente.
Bastante puntual para lo que viene siendo un concierto, Kylie apareció de rojo (micrófono incluído) sobre un sofá en forma de labios sensuales que para mí era un claro homenaje a Dalí (algo se le habrá pegado del Velencoso en sus visitas por tierras catalanas) y empezó con Les Sex aportando su sensualidad y su saber estar en el escenario, que parece fácil pero hay que saber encontrar el equilibrio y esta pequeña Barbie de ojos azules es algo que domina a la perfección. Fue cambiando de vestuario y apareciendo y desapareciendo por las diferentes plataformas (le debe gustar a la muchacha porque lo hizo bastantes veces). Un cuerpo de baile (aunque un pelín escaso para mi gusto) capitaneado por un chulazo llamado Benjamin AKL hizo disfrutar a todos lo asistentes.

Kylie en las pantallas se veía grande, pero al mirar al escenario era como una muñequita perfecta con
Kylie bien acompañada

ganas de estrujarla con todo el cariño del mundo. Lo dio todo, fue muy cercana, sacó a una chica a bailar y habló con el público, eso sí, en inglés, poco español utilizó, supongo que pensó que en una ciudad tan cosmopolita como Barcelona todo el mundo domina al menos 3 idiomas. Hubo un momento en el que dijo: “I have a question very Importante”. Y yo pensé: “vaya a que ahora nos pregunta si Catalunya quiere ser o no independiente y el Mas se vuelve loco”. Por suerte no fue eso! Y mira que le lanzaron una senyera al escenario y todo!. La pregunta fue: “Do you believe in love? Para dar paso a la siguiente canción. Cantó a capella, hizo cantar a la gente y se le veía agradecida, aunque por dentro supongo que estaría pensando en todas las facturas y sueldos que tenía que pagar, porque seamos sinceros, esto es un negocio para ganar dinero y no sé yo si con los casi 5000 asistentes del concierto le dio para mucho, es algo que ya se me escapa.
Sobre un escenario más bien espartano pero con un buen juego de luces y proyecciones (atención al momento de los mil ojos, a todas les ha dado por lo mismo, los Illuminati cada vez más cerca, ya te digo yo!) cantó 20 canciones de las cuales 5 pertenecían a su último disco. Me gustaron sus cambios de vestuario, siempre arropada por Dolce & Gabanna, que mostraron lo mejor de ella.

Madonna apoya a Kylie
Evidentemente las comparaciones con Madonna es lo primero que se le pasa a la gente por la cabeza, pero son diferentes y no lo digo por los 13 centímetros de altura que le lleva una a la otra. Kylie no se mueve en el escenario como Madonna, ni creo que nunca lo haya querido pretender y tampoco creo que quiera ser la más mejor del mundo mundial, supongo que cuando se pasa una enfermedad como la que ha tenido, las prioridades cambian y la visión del mundo también. Ojalá en un futuro muy cercano tengamos la oportunidad de tener a estas dos pequeñas rubias cantando juntas, recordad que Madonna en los premios MTV del 2000 interpretó “Music” llevando una camiseta de Kylie, digo yo que eso querría decir algo.
Fue un concierto que me gustó, porque nunca había visto a Kylie en acción, seguramente Aphrodita fue lo más a nivel escénico, pero este es el que me ha tocado vivir y sentir, faltó algún bis y el final podría haber sido un poco mejor, pero cuando cantó Kiss me Once, allí sola en el escenario y descalza se puso a revolotear como una pequeña hada......pues la verdad fue un momento mágico porque se le veía feliz.
Me resulta curioso que la gente dijera que estaba estupenda para la edad que tiene (a mi me lleva solo 1 día de diferencia). Pero vamos a ver.....si esta mujer se dedica a lo que se dedica, se tendrá que cuidar. A todos nos encantaría tener un entrenador personal, un dietista, un masajista que te dé la vuelta del derecho y del revés y entendidos en cosmética y estética que te aconsejen. Nosotros pobres mortales, nos conformamos con ponernos unas cremas del supermercado de la esquina y a hacernos una limpieza de cutis de vez en cuando por el Letsbonus.
En forma estaba, no hay que negarlo, aunque no llega a ser una atleta con es Madonna (otra vez la maldita comparación), en varías ocasiones bebió en una especie de pseudobiberón con un líquido de color tipo sirope de arce o un brebaje especial para recuperarse de sus pequeños brincos, o quizás era miel para la voz vete tu a saber.
Valió la pena ir, porque en esta vida para hablar de algo hay que saber de lo que se habla, mucha gente tiene el atrevimiento de opinar sobre una película o un espectáculo sin ni siquiera haber asistido. Kylie se me hizo muy cercana y no se merecía tan poca asistencia, los que estuvimos allí disfrutamos, faltaron cosas por supuesto, pero nunca llueve a gusto de todos.

Kylie es Kylie y esperemos que siga siendo ella por mucho tiempo, con su discreción y su elegancia, algo que también hay que valorar hoy en día, con tanta niñata chabacana suelta que hay por ahí.

Querida Kylie: Kiss me once, twice or whenever you want, pero kiss me ya!  :-P