Homenaje a Dalí |
Como siempre voy a relatar cómo viví
el concierto de Kiss Me Once Tour 2014 de Kylie Minogue en Barcelona,
no pretende ser ni mucho menos una crítica musical que para eso ya
están los profesionales o los que dicen serlo.
Habían pasado ya casi 6 meses desde
que compramos la entrada y así, de repente, el día del concierto
había llegado. Todo el mundo nervioso y excitado para ver lo que nos
ofrecía Kylie esta vez. Algunos de mis amigos optaron por hacerse su
propia camiseta para el concierto, yo la verdad, es que como siempre
voy liada, cuando me acordé ya era demasiado tarde. A la hora de
comprar la entrada decidimos comprar el Premium Golden Ticket, que
con este nombre tan largo, algo nos tendrían que dar, y así fue.
Teníamos acceso a parking, cocktail de bienvenida y barra
libre de bebidas durante el concierto, a parte de poder hacerte una
foto en el photocall, que ya sabemos todos que si no te haces una
foto y la subes inmediatamente al instagram o al facebook ya no eres
nadie. Todo esto tan maravilloso nos costó 196€ más los gastos de
envío por MRW. Aunque para seros sincera, yo creo que lo de la barra
libre fue importante a la hora de decantarnos por estas entradas.
Llegamos al Palau con esa seguridad que
te da el saber que vas a tener sitio para aparcar y que vas a hacer
poca cola para entrar y así sucedió. Esperamos unos 15 minutos
aproximados antes de entrar, tiempo más que suficiente para ver el
tipo de gente que iba e interactuar con algunos de ellos. En mi caso
había unas chicas que había venido desde Andorra para ver a la
australiana, por supuesto en la conversación tuvo que salir Madonna,
eso es algo irremediable ya que está omnipresente en cualquier
conversación de divas que se precie. Y así como de repente, veo que
una de las chicas se saca del bolso un cepillo con una luz y empieza
a cepillarse la melena rubia encrespada, yo lo de la luz no lo
entendí muy bien, pensé que era como esos destornilladores que
llevan una luz para la oscuridad. Pero no, era un cepillo con
superpoderes que al cepillarte se te iba la electricidad
electrostática y el encrespamiento, vaya lo que toda mujer/travesti
tiene que llevar en un bolso.
También había algunos japoneses y por
supuesto alguna rusa con pantalones de cuero que se creía que la que
iba a salir al escenario a cantar era ella.
Al entrar te ponen una pulsera dorada
en la muñeca y te cuelgan una acreditación conmemorativa y
sin un Photocall no eres nadie hoy en dia |
La hora se acercaba, no vimos ni al
telonero, y nos fuimos a buscar nuestros asientos. Mi primera
impresión fue de sorpresa al ver lo vacío que estaba. Vaya, que
desde las gradas te podías lanzar a la pista haciendo un mortal con
una triple pirueta y caer de pie sin molestar a nadie. Poco a poco se
fue llenando, pero bueno que aire para respirar no nos iba a faltar
precisamente.
Bastante puntual para lo que viene
siendo un concierto, Kylie apareció de rojo (micrófono incluído)
sobre un sofá en forma de labios sensuales que para mí era un claro
homenaje a Dalí (algo se le habrá pegado del Velencoso en sus
visitas por tierras catalanas) y empezó con Les Sex aportando su
sensualidad y su saber estar en el escenario, que parece fácil pero
hay que saber encontrar el equilibrio y esta pequeña Barbie de ojos
azules es algo que domina a la perfección. Fue cambiando de
vestuario y apareciendo y desapareciendo por las diferentes
plataformas (le debe gustar a la muchacha porque lo hizo bastantes
veces). Un cuerpo de baile (aunque un pelín escaso para mi gusto)
capitaneado por un chulazo llamado Benjamin AKL hizo disfrutar a
todos lo asistentes.
Kylie en las pantallas se veía grande,
pero al mirar al escenario era como una muñequita perfecta con
Kylie bien acompañada |
Sobre un escenario más bien espartano
pero con un buen juego de luces y proyecciones (atención al momento
de los mil ojos, a todas les ha dado por lo mismo, los Illuminati
cada vez más cerca, ya te digo yo!) cantó 20 canciones de las
cuales 5 pertenecían a su último disco. Me gustaron sus cambios de
vestuario, siempre arropada por Dolce & Gabanna, que mostraron lo
mejor de ella.
Madonna apoya a Kylie |
Evidentemente las comparaciones con
Madonna es lo primero que se le pasa a la gente por la cabeza, pero
son diferentes y no lo digo por los 13 centímetros de altura que le
lleva una a la otra. Kylie no se mueve en el escenario como Madonna,
ni creo que nunca lo haya querido pretender y tampoco creo que quiera
ser la más mejor del mundo mundial, supongo que cuando se pasa una
enfermedad como la que ha tenido, las prioridades cambian y la visión
del mundo también. Ojalá en un futuro muy cercano tengamos la
oportunidad de tener a estas dos pequeñas rubias cantando juntas,
recordad que Madonna en los premios MTV del 2000 interpretó “Music”
llevando una camiseta de Kylie, digo yo que eso querría decir algo.
Fue un concierto que me gustó, porque
nunca había visto a Kylie en acción, seguramente Aphrodita fue lo
más a nivel escénico, pero este es el que me ha tocado vivir y
sentir, faltó algún bis y el final podría haber sido un poco
mejor, pero cuando cantó Kiss me Once, allí sola en el escenario y
descalza se puso a revolotear como una pequeña hada......pues la
verdad fue un momento mágico porque se le veía feliz.
Me resulta curioso que la gente dijera
que estaba estupenda para la edad que tiene (a mi me lleva solo 1 día
de diferencia). Pero vamos a ver.....si esta mujer se dedica a lo que
se dedica, se tendrá que cuidar. A todos nos encantaría tener un
entrenador personal, un dietista, un masajista que te dé la vuelta
del derecho y del revés y entendidos en cosmética y estética que
te aconsejen. Nosotros pobres mortales, nos conformamos con ponernos
unas cremas del supermercado de la esquina y a hacernos una limpieza
de cutis de vez en cuando por el Letsbonus.
En forma estaba, no hay que negarlo,
aunque no llega a ser una atleta con es Madonna (otra vez la maldita
comparación), en varías ocasiones bebió en una especie de
pseudobiberón con un líquido de color tipo sirope de arce o un
brebaje especial para recuperarse de sus pequeños brincos, o quizás
era miel para la voz vete tu a saber.
Valió la pena ir, porque en esta vida
para hablar de algo hay que saber de lo que se habla, mucha gente
tiene el atrevimiento de opinar sobre una película o un espectáculo
sin ni siquiera haber asistido. Kylie se me hizo muy cercana y no se
merecía tan poca asistencia, los que estuvimos allí disfrutamos,
faltaron cosas por supuesto, pero nunca llueve a gusto de todos.
Kylie es Kylie y esperemos que siga
siendo ella por mucho tiempo, con su discreción y su elegancia, algo
que también hay que valorar hoy en día, con tanta niñata chabacana
suelta que hay por ahí.
Querida Kylie: Kiss me once, twice or whenever you want, pero kiss me ya! :-P