Gijón - Vista desde Cimadevilla |
Con la llegada del puente de la
Constitución y ávidas de desconexión decidimos irnos a Asturias 3
días. Después de estar mirando y comprobando durante horas
múltiples combinaciones (ida en avión regreso en coche, avión y
alquiler de coche, etc.) optamos por alquilar un coche y lanzarnos a
la aventura. La web: http://www.ealquilerdecoches.es/
es totalmente recomendable para alquilar un coche, ya que compara
diversas web dedicadas al alquiler y te ofrece la mejor oferta.
Si el tiempo lo permitía queríamos
visitar Gijón, Oviedo y hacer la llama ruta Verde. Claro que en el
último momento me acordé de que también sería interesante ver los
Lagos de Covadonga, algo que por otro lado de no visitarlo me hubiese
dado de cabezazos hasta perder el conociemiento.
Partimos el miércoles por la tarde
hacia Bilbao, para allí pasar la noche e ir de tapeo (al menos esa
era nuestra intención). En principio estábamos bien preparadas con
nuestros 2 smartphones y sus aplicaciones de control de radares y
gps, además de los mapas que yo había impreso de las rutas. Bueno,
llegó la realidad y me he dado cuenta que lo mío no son
precisamente ni interpretar un mapa y mucho menos hacerle caso a una
voz estridente que todo el rato te dice lo que tienes que hacer
demasiado deprisa para ir a su ritmo. Creo que hay un libro que se
llama “Porqué los hombres no escuchan y las mujeres no saben leer
mapas”, y creo que yo encajo en esa descripción, ja ja. Después
de un largo recorrido nos dimos cuenta que no habíamos pagado ningún
peaje con lo cual íbamos por la nacional y en Zaragoza decidimos ir
por la autopista para intentar llegar a una hora decente a Bilbao. Al
llegar allí, teníamos que buscar el aparcamiento indicado por la
pensión donde nos hospedábamos, pues bueno la señorita del gps
decidió perder la señal (algo que hacía en demasiadas ocasiones) y
nos volvimos prácticamente locas para llegar el destino. Así que al
final llegamos a medianoche a Bilbao. La pensión
(http://www.hostalmardones.com/)
es sencilla pero correcta y lo mejor es que está en pleno barrio
antiguo de la ciudad, con lo cual es ideal para ir a los diferentes
bares de tapeo, nuestra sorpresa fue cuando nos dimos cuenta que la
mayoría de sitios estaban cerrados o casi a punto de cerrar, algo
extraño teniendo en cuenta que al día siguiente era fiesta, pero
por desgracia la crisis también está afectando a todo. Tuvimos la
oportunidad al menos de tomarnos algún pincho y luego pues una
copas.
Oh My God! Cuánta comida! |
A la mañana siguiente, desayuno y
directas a la carretera, teníamos 3 horas de viaje por delante hasta
llegar a Gijón, nuestro destino final. Disfrutamos del paisaje y del
buen tiempo que hacía y al llegar a la ciudad, nos pasó lo mismo
que en Bilbao, no había manera de encontrar el lugar, hasta que
finalmente lo encontramos. Como trasnochamos en Bilbao, nos
despertamos más tarde de lo que esperábamos, con lo que fue llegar
e ir a comer. Preguntamos donde ir a comer bien y barato y nos
recomendaron la sidrería Zapico: http://www.sidreriazapico.com/
. Nos trajeron el menú que eran unos 14€, al ver la carta yo
pensaba que por ese precio pues eran dos platos y el postre, vaya a
lo que estamos acostumbrados normalmente, pero cual fue mi sorpresa
cuando nos dijeron que no, que había 3 platos, toma ya! De segundo
pedimos fabada, y cuando vi el barreño que nos trajeron me quería
morir, teniendo en cuenta que luego venía el tercer plato que eran
escalopines con salsa de queso. Bueno el presunto barreño yo creo
que era para cuatro. Me tomé plato y medio, porque hay que reconocer
que estaba buenísimo todo, incluído el pan.
Con tanto comer,
decidimos bajar un poco la comida e ir a dar una vuelta por Gijón,
claro que ya al ser las cuatro de la tarde la ruta que queríamos
hacer resultó imposible acabarla. Conforme nos acercábamos al paseo
de San Lorenzo (el paseo de la playa), me di cuenta de la gran
cantidad de tiendas de chucherías por metro cuadrado que hay en la
ciudad, vaya no sé si es un culto a la caries o qué, pero resulta
increíble que cada 10 pasos te encuentres una, los dentistas de esta
ciudad deben dar saltos de alegria. Fuimos hacia Cimadevilla y desde
allí nos acercamos a ver la polémica escultura de Chillida llamada
el Elogio del Horizonte o La Silla, la verdad es que el monumento es
peculiar a la par que grande, desde allí se puede ver todo el paseo
de la playa y el verde es el color predominante. Como ya iba
oscureciendo, visitamos las termas romanas (2,50€) que están al
lado de la iglesia de San Pedro, no pudimos ver ni el museo de
Jovellanos ni la Torre del Reloj, pero había poco tiempo y la mañana
siguiente estaba dedicada a Oviedo, así que dimos una interesante
vuelta, donde nos encontramos un típico mercadillo de productos
naturales en la plaza Mayor y en el que compramos un queso que me
recomendaron: el gamoneo, por supuesto miel de la zona, ya que soy
gran consumidora y unas mandarinas que fueron la cena de cada noche,
ya que era imposible comer algo más, nuestras digestiones se
eternizaban pero gracias al Almax pudimos sobrellevarlo mejor.
Elogio del Horizonte - Chillida |
Sidrería La Nueva Cantina |
El viernes amaneció lluvioso y nublado
y decidimos encaminarnos hacia Oviedo, ya que la previsiones eran que
no llovería tanto el sábado que lo teníamos reservado para los
Lagos de Covadonga e intentar ver algo de la ruta verde. La señorita
del GPS esta vez se portó bastante bien y llegamos a Oviedo sin
problemas. Aparcamos en el parquing situado en la plaza de la
Escandalera, ya que es el sitio más cercano al casco antiguo y a
todo lo interesante que ver. En la plaza hay un escultura de Botero
llamada la Maternidad, así como 3 caballos llamados “Los
Asturcones” de Manolo Valdés. Oviedo es la ciudad de las 100
estatuas, que te puedes encontrar conforme vas caminado. Desayunamos
y fuimos a la oficina de turismo situada en el Campo de San
Francisco, justo al lado de la plaza, muy amablemente nos indicaron
los sitios a visitar, pero al preguntar para que nos recomendaran
algún restaurante, nos dijeron que no estaban autorizados....así
que decidimos hacer ruta turística y luego aventurarnos con el
restaurante. Todo está concentrado en el mismo sitio, así que es
fácil de visitar. Visitamos la catedral, el museo arqueológico, el
de bellas artes y también vimos la plaza y el mercado de Fontan,
pero la lluvia desmerecía lo belleza del lugar. Estar en Oviedo y y
no tomar sidra yo creo que puede considerarse un pecado, así que nos
fuimos hacia la calle Cascona, llamada el bulevar de la sidra y alli
después de recorrerla dos veces, fuimos a la sidrería La Nueva
Cantina, nos tomamos una botella de sidra entera que nos costó 2,5€,
incluída una tapa de chorizo con queso y un plato de patatas chips,
eso sí, la sidra conforme la van escanciando y te la sirven te la
tienes que beber deprisa, bueno no como un chupito pero a buen ritmo,
el camarero era muy amable, en realidad toda la gente que nos hemos
encontrado por esos lares ha sido muy amable con nosotras, así que
no hay quejas al respecto. Como el ataque de hambre era inminente nos
fuimos en busca de un restaurante recomendado por Tripadvisor,
bajaros la aplicación en el móvil y muchos de vuestros problemas
para ir a comer serán resueltos, la opiniones de los usuarios son de
gran ayuda y es lo que nos hizo decantar por el restaurante El
Fartuquin (http://www.restauranteelfartuquin.es/),
con un menú de mediodía como siempre de 12-14€, en esta ocasión
comimos ensalada con salmón y virutas de jamón, y entrecot de buey,
a parte de una tarta de queso contundente. También el almax en esta
ocasión nos ayudó a pasar la tarde para acabar con la mandarinas de
rigor.
Estatua de Woody Allen |
Fuimos a estirar la piernas un rato por
la calle Jovellanos y vimos la famosa confitería Camilo Blas, famosa
porque sale en la película Vicky, Cristina, Barcelona, de Woody
Allen, el cual tiene una estatua cerca de la calle Uria, que es la
calle de las tiendas, como ya empezaba a oscurecer visitamos el Campo
de San Francisco, en el que pudimos observar un pequeño estanque con
pavos reales, patos y cisnes y maravillarnos de la fantástica imagen
que nos brinda los colores del otoño. Al regresar, nuestra querida
amiga del gps, que por cierto al final no le pusimos nombre, decidió
que sería interesante dar una gran vuelta antes de llegar al punto
de destino final.
Lago Enol - Covadonga |
Y llegó el sábado y con él la
esperada visita a Covadonga, aunque el detector de radares funcionaba
cuando quería igual que le pasaba al gps, no tuvimos problemas para
llegar a Covadonga, aunque antes paramos en un parador nacional donde
estaba la iglesia de San Pedro de Villanueva, todo es tan verde que
el paisaje de recuerda a la Comarca del Señor de los Anillos y
parece que Frodo va a salir de un momento a otro de cualquier
esquina. Al llegar a Covadonga descubrimos que se tenía que ir en
bus (7,5€) y no con tu propio coche, que aunque al principio puede
parecer que es un palo, no lo es en absoluto, ya que la carretera es
más bien estrecha y hay que tener pericia para no caerte por un
precipicio, allí el tiempo iba cambiando y la niebla predominaba el
Santuario y la estatua de Don Pelayo. Una vez en el autobús pudimos
comprobar como iba variando el paisaje conforme íbamos ascendiendo y
el verde inicial fue dejando paso al blanco nuclear de la nieve. Una
vez allí nos pusimos a caminar (recomendable llevar botas de
Goretex, Timberland o similar) y fuimos hacia arriba para ver la
increíble vista de los lagos desde las alturas, el tiempo iba
variando tan pronto nevaba un poco como que salía el sol, jugando
así con los contrastes de la montaña, finalmente antes de ir al
autobús fuimos hacia el Lago Enol cuyas aguas estaban tan planas que
la montaña se veía reflejada perfectamente como un espejo. Una vez
más, de regreso, nuestros estómagos clamaban por algo de comida y
gracias nuevamente el Tripadvisor acabamos comiendo en el restaurante
El Abuelo en Cangas de Onís (http://www.elabuelocangasdeonis.com/),
esta vez comimos arbeyos con jamón (receta de la abuela del
propietario, los arbeyos son guisantes), fabes con almejas, codillo
al horno y mousse de queso y arroz con leche, el precio 12-14€.
esta vez ya veníamos preparadas y ya llevábamos el almax en el
bolso, je je.
Los cubos de la memoria - Llanes |
Otra vez el tiempo se nos echaba encima y yo tenía que
ver al menos uno de los pueblos de la ruta verde y nos dirigimos a
Llanes, que seguramente de día debe ser espectacular pero con lluvia
y a punto de oscurecer no pudimos disfrutar de la belleza del lugar
tanto como hubiésemos deseado. Al menos pudimos ver “Los cubos de
la memoria” de Ibarrola que están en el puerto, dimos una pequeña
vuelta y lo que vi me gustó de este pequeño pueblo de pescadores.
Por desgracia no pudimos ver sus playas, ni Ribadesella,
Villaviciosa, ni Avilés ni el resto de pueblos que componen la
llamada ruta verde. Esto se queda en el tintero para la próxima vez.
Pero claro, nos faltaba un pueblo por
ver, y todo por culpa de Operación de Triunfo y me refiero a ir a
visitar San Vicente de la Barquera el pueblo de David Bustamente, que
no estaba entre mis planes, pero mi compi quería ir a ver, así que
nos pusimos en marcha y yo me líé una vez más y acabamos en
dirección contraria, yo me acordé de los familiares más cercanos
de la señorita del gps y estoy segura de que mi amiga se acordó de
los míos! Pero bueno qué le vamos a hacer! Al final llegamos al
dichoso pueblo, que sinceramente no tiene nada de particular y más a
esas horas, chispeaba y dimos una vuelta por el barrio antiguo pero
no daba mucho de sí, claro que seguro que de día gana mucho más.
El domingo por la mañana nos
levantamos muy pronto para llegar a una hora prudencial a Barcelona y
poder descansar.
Como en todo viaje siempre hay cosas
positivas y otras no tanto, pero en este caso gana lo positivo en
creces, no solo por la compañía que ha sido perfecta y sobretodo
paciente conmigo por mis despistes en cuanto a seguir un mapa, sino
por la belleza de los paisajes, la comida y la amabilidad de la
gente. Nos faltó un día para que hubiese sido completo, pero
tuvimos la desconexión que necesitábamos para volver a nuestra
rutina diaria de presiones laborales, ERES y demás.
Asturias es totalmente recomendable y
con un precio asequible en comparación con Barcelona, así que si
tenéis alguna ocasión no dudéis en visitarla. Eso sí llevad un
buen gps que no sea tan rebelde como el nuestro y alguien que sepa
interpretar un mapa, así que no contéis conmigo! Ja ja ja