Bueeno, con la llegada de las merecidas
vacaciones, mis amigos y yo decidimos ir a la gran manzana en agosto.
Todo el mundo decía: “uff os vais a asar de calor, con el asfalto
ardiendo” y luego resultó que hasta nos llovió un día, hizo
calor, sí, pero no la exageración que nos habían comentado. El
calor vino cuando nuestro regreso coincidió con la ola de calor de
Barcelona. Algo horrible, pero que gracias al aire acondicionado de
mi casa pude soportar mejor (sí en estos momentos seguro que alguno
de vosotros me estará odiando).
Atención, esto no es una guía de New
York, simplemente voy a relatar un poco mi experiencia y recomendar
alguna cosilla, desde mi punto de vista de novata total ante esta
impresionante ciudad.
New York Pass, si lo usas bien te ahorrarás dinero |
Lo primero que hicimos antes de ir, fue
sacarnos el New York Pass, un pase que te permite acceder a las
atracciones más importantes de la ciudad. Hay de 1, 2, 3 y 7 días.
Totalmente recomendable si sobretodo quieres ver museos. Se compra
por internet: http://www.newyorkpass.com/, dándote la opción de que te lo envíen a casa junto
con una guía o recogerlo allí directamente, nosotros elegimos esto
último ya que así nos ahorrábamos los portes.
Al llegar a nuestros apartamentos (es
mejor que un hotel si somos tantos), dejamos las maletas y como locos
salimos a ver la ciudad. Estábamos muy céntricos la verdad, en
Madison Avenue, cerca de la famosa quinta avenida. Creo que lo que
nos distingue a los primeros que vamos a esta ciudad, es un gesto
fácilmente detectable: todos estamos mirando hacia arriba los
impresionantes rascacielos, y es la verdad, los primeros días no
haces más que mirar hacia arriba cual turistas en el Vaticano, luego
conforme pasan los días, ya te habitúas.
93 metros de altura |
Decidimos que lo mejor era ir a visitar
la Estatua de la Libertad, icono americano por excelencia, y allí
fuimos en metro, por cierto vaya tela con el metro, porque no es que
esté muy bien indicado en algunos casos y si no te das cuenta de
pasas de largo, así como de casualidad, vas andando y te encuentras
una entrada en un edificio, eso queridos es el metro. Llegamos ya
sobre las 11 y había una cola más larga que la de un dinosaurio,
así que cogimos los tickets y decidimos ir al día siguiente a
primera hora, y mira tu por donde fue lo más inteligente que
hicimos. Fuimos en el barco de las 8:30 de la mañana, llegamos tan
pronto que hasta la tienda de souvenirs no había casi ni abierto
(bueno si pagamos con tarjeta de crédito sí). Éramos unos 100,
vaya que la isla no estaba abarrotada, aunque sí en obras ya que
están reconstruyendo a Miss Liberty, y sí, te parece pequeña,
claro son 93metros, que sinceramente son suficientes porque se ve por
todas partes de la isla. Al regresar vimos que el siguiente barco iba
cargado hasta los topes, este si que parecía un barco de
inmigrantes de los de antaño, solos les faltaba llevar alguna mujer con un pañuelo en
la cabeza sosteniendo un niño con mocos diciendo:”mamma, mamma”.
Yo haciendo el primo con el toro |
Cerca del puerto, está Wall Street
donde se mueve todo el cotarro financiero y el monumento de un toro
de bronce, al que se ve que hay que tocarle los huevos, supongo que
para darte suerte, así que ya nos veis haciendo cola para hacerse
una foto con el puñetero toro que tiene los huevos más brillantes
del firmamento. Pero le tienen tanta adoración que hasta lo adornan
en navidad con una corona de flores navideñas.
También podéis aprovechar para ir a
la zona cero....ufff se te ponen los pelos de punta, solo pensar en
la tragedia vivida hace unos años. Visitamos el museo y allí ya
sales con una depresión profunda, simplemente viendo restos del
avión y las fotos y testimonios de familiares y supervivientes.....y
para acabar de rematar te vas al monumento de las víctimas, un plaza
en la que hay como dos piscinas ubicadas en el lugar donde estaban
las Torres Gemelas.
Uno de los vuelos..... |
Hay unas cascadas que caen a las piscinas y van
hacia un cuadrado vacío central. Los nombres de las víctimas están
grabados en bronce al rededor de las piscinas. También hay un árbol
vallado que es el único que sobrevivió a la tragedia. Las obras de
la nueva torre están muy avanzadas y ya se ve en la mayor parte de
la ciudad, supera al Empire State, así que ya veremos hasta donde
llega, dicen que hasta los 541 metros. Cerca de 3000 muertos y 6000
heridos es algo que se tiene que tener presente cada día.
No sin mi wifi |
Pero bueno, no me gusta acabar con mal
sabor de boca, que tal y como están los tiempos solo nos faltaba
eso. ¿Que sois unos locos de la redes sociales, instagrams,
whatsapps y demás y no tenéis los datos activados para que vuestra
operadora de telefonía favorita no os pegue el polvo del siglo? Pues
anda, os vais a un Starbucks y listo, y de camino aprovecháis para
ir al lavabo, que es algo que remarcar y agradecer, ¡siempre tienen
papel higiénico! Bueno no solo allí sino en cualquier
establecimiento, algo que me ha sorprendido gratamente, la verdad. El
wifi de Starbucks funciona porque el resto, mucho wifi mucho wifi
pero en ocasiones era difícil pillarlo. En los parques también hay
y en los museos. El Metropolitan es perfecto, pero vaya no
se va a ir a este museo para esto. Tuvimos la suerte de que los
apartamentos disponíamos de wifi, así que todos contentos para
poder comunicarnos con el mundo exterior. Deberíamos escribir un
libro que se llamase “No sin mi wifi”, porque sinceramente en
ocasiones puede llegar a ser un poco enervante ver a todo el mundo
histérico por no tener conexión y buscar un ladrón con adaptador para no agotar la batería, joder como si no hubiera cosas más
importantes.
Ahhhh quedan más cosas...pero para el
siguiente capítulo....¿qué será qué será? je je je
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