Levantarse un domingo por la mañana bien
temprano, después de haber dormido poco para participar en una
carrera de 5km, es algo que habitualmente la gente no hace, al menos
no en mi caso, pero he de confesar que tenías ganas y curiosidad por
saber qué era una Color Run, cuya primera carrera se realizó en el
año 2011 con el fin de hacer a todo el mundo partícipe por una vida
sana y feliz, y el slogan de Desigual se adapta perfectamente a estas
palabras, “La vida es chula” y si es chula pues tienes que ser
feliz.
Y como digo siempre, para hablar o
comentar sobre cualquier cosa en la vida, pues hay que saber de ello
y en este caso que mejor forma que hablar de esta carrera que participando en ella.
Lo primero que tenemos que tener en
cuenta es el outfit que nos vamos a poner para tal colorido evento,
al hacer la inscripción te dan una camiseta blanca, una cinta y
alguna que otra calcomanía para que decores tu cuerpo. Es
recomendable llevar gafas de sol (aunque he visto hasta de bucear)
para salvaguardarte de todo el polvo de color (que no es precisamente
mágico) en tus apreciadas pupilas y no tengas que aparecer al día
siguiente en el trabajo con un parche a lo princesa de Éboli.
Antes de las nueve, que era la hora de
inicio de la carrera, el Dj amenizaba la espera para alegría de los
Calcomanías para cualquier lugar |
Se respiraba un ambiente superdivertido
y con ganas de pasarlo bien y eso se ha visto reflejado en toda la
carrera. Empezamos todos a correr, al principio todo el mundo con
muchas ganas, pero cuando la subida se ha hecho más pronunciada, ahí
muchos han decidido ir caminando, yo con mi trote cochinero no he
parado y he seguido junto con mi compañera de viaje hacia delante. El único
inconveniente es que durante el primer kilómetro he tenido una
sensación de sequedad en la garganta importante que se ha acentuado
al llegar al puesto donde empezaban a tirarte esos polvos de color, y
ahí ya los participantes han empezado a pasárselo mejor mientras
más embadurnados estaban. A la llegada de cada kilómetro una nueva
estampación de color en la camiseta y a seguir adelante, saludando
de bajada a los que subían, ya que al ser más de 12000 personas se
han tenido que realizar varias salidas, sino aquello hubiese sido un
caos y se podría haber hecho un tapón que no lo quitaba ni el mejor
desatascador del mundo.
Cuando ya la meta estaba más cercana
es justo ahí cuando te proporcionaban líquido para hidratarte y
nosotras a modo se solidarización hemos dado un gran abrazo a las
voluntarias que iban inmaculadas con sus camisetas rosas, para así
hacerlas partícipes de nuestra particular gama de colores.
A la llegada, justo el fotógrafo
supongo que estaba haciendo una foto a alguna paloma y no nos hizo la
foto de rigor de entrada, que no es que sea lo más primordial pero
que a la gente le hace gracia, pero bueno, se lo perdonaremos porque
fotografíar tanta gente debe ser una verdadera locura.
12000 almas, 12000 colores |
Una vez relajadas, hemos podido beber y
comer alguna que otra barra energética, hacernos fotos para subir al
Instagram, dar cuatro vueltas y entrar en lo más divertido, que ha
sido la “guerra de color” en la que hemos estado inmersas. Nos
han dado bolsitas con polvos de colores y allí ha estallado la
locura más colorida del momento, 12000 almas con 12000 colores,
saltando, riendo, bailando al ritmo de la música, haciéndose fotos
(recomendable protector, funda o similar, o en mi caso una cámara
waterproof) y compartiendo un buen momento con desconocidos que en
ese instante se convierten en conocidos. Pero sobre todo, me ha
encantado ver cómo se lo han pasado los más pequeños, todos
rebozados de color de la cabeza a los pies, con su padres mirándolos
atentamente con una sonrisa de oreja a oreja viendo como disfrutaban
sus hijos, eso sí luego a la hora de meterlos en la bañera,
seguramente la cosa se ha complicado un poco.
¡Volveremos seguro! |
Y a modo de estirón de orejas, por
comentarios que he escuchado, la gente no entendía porqué conforme
se abrían más plazas para la carrera, el precio de inscripción
aumentaba, ya que pasó de 20€ a 26€ y que yo sepa todos los
participantes han recibido lo mismo.
En definitiva, Desigual es experta en
movilizar gente para eventos multitudinarios, prueba de ello es la
Naked Party y hoy con la Color Run, a parte de hacer más visible su
línea Desigual Sport, ha aportado colorido a una Barcelona que ha
amanecido nublada y que ha dejado con ganas de más fiesta a todos
los participantes.
¿Volveremos el año que viene? Pues
por supuesto que sí. ¡Me ha encantado ver la cara de pasmado de mi
vecino cuando me he metido en el ascensor rebozada en colores como
una croqueta!